De copas por El Seto en los 80….

Para los jóvenes de mediados de los 80, una manera fácil para ganar dinero y divertirse a la vez, fue servir copas en los bares de moda. Muchas horas, poco dinero, pero la diversión estaba asegurada. La receta para montar uno de estos bares era bien sencilla: un mostrador, cerveza, y una amplia calle donde poder beber con los amigos. Infalible.
El personal que atendía estos bares estaba formado por muchachos y muchachas, estudiantes en su gran mayoría, y que hacían un poco de todo. Servir una copa, acarrear unas cajas de refresco hasta la barra, y desde la barra al almacén, recoger los vasos dejados en la calle. Eran famosas las apuestas para ver quién podía formar la torre más alta de vasos recogidos.
El que tenía la suerte de trabajar en uno de esos bares, era conocido por el resto de los trabajadores de otros bares similares. Existía entre ellos una especie de camaradería no escrita, lo que permitía que fueras atendido con mayor prontitud y esmero en tus visitas a otros bares. Bares como el Faetón, Aljibe, Seto, Líbano, Alfonso, La Cochera, Canasta, Avelino, sin contar los antros de Las siete revueltas.
Yo tuve la suerte de poder trabajar en El Seto (calle Monzón), y poder compartir con amigos esos días/noches/madrugadas. Manuel Ardana, Víctor García, Mamén Orejuela, Nuria, Pelu, Miguel, Mario Peral, Brachi, Álvaro, Nacho Pimentel con sus pistachos, y muchos más de los que en este momento no recuerdo el nombre. Y clientes/amigos como «Las Peores» (Juli, Mariló, Charo y Carmela), Pablo Fernández, Trigüi, Nacho, Alberto, Mª José, JAPBrun, Damián, Carlos y Bolo, Carmen, Pepe con su perra Elga, «Los Motocerdos», y un largo etc.
Los que vivieron esos años, deben recordar la multitud que se agolpaba entre El Seto y El Aljibe. No se veía el suelo entre los dos bares. La calle se intuía por el desnivel de la gente subida a la acera. Ni el parque que existía antes, y que estaba situado frente a los dos bares, ni la glorieta de albero, se libraban de los grupos de personas.
El ambiente era sano, y «sólo» se molestaba a los vecinos por el ruido. Algún conato de bronca, pero nada serio. En fin, gente muy sana y centrada en divertirse. Con ese ambiente, eras capaz hasta de ligar.
Un fuerte abrazo para todos.
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